El uso de alzas
El uso de alza en traumatología y podología está muy
extendido, con la finalidad de igualar las extremidades inferiores en longitud,
cuando existe una pierna más corta que
otra.
La decisión de que una extremidad es más corta que otra se
suele tomar con una prueba radiodiagnóstica, una telemetría., es decir una
radiografía de extremidad inferior y pelvis, generalmente en carga, sobre una
cuadrícula. No deja de ser una prueba bidimensional, que contempla dos planos
longitudinal y frontal, sobre los que se realizan los movimientos y
desplazamientos de flexo-extensión e inclinación respectivamente, el plano transversal,
sobre el que se realiza la rotación, no se evidencia en esta prueba
radiológica.
Esto implica que al observar la telemetría, podamos ver
diferencias de longitud que nos hagan sospechar de una diferencia de longitud
de las extremidades inferiores, pero que si realmente no hemos hecho una
valoración manual del estado articular
del paciente nos puede conducir a error en el diagnóstico y en el tratamiento.
Generalmente nos conduce a error cuando hay una asimetría en
la rotación, se realiza en el tercer plano que no evidencia la prueba
radiodiagnóstica, ya que una asimetría de flexoextensión o inclinación son más
evidenciables.
Esto que quiere decir, que por ejemplo la anteversión de un
ilíaco nos dará la sensación de que esa pierna es más corta, la rotación
interna de una cadera nos dará la sensación de que esa pierna es más larga… En
estos casos en los que se suele indicar un alza como tratamiento, se comete
generalmente un agravamiento del problema inicial porque lo que hacemos es
intentar corregir una diferencia de longitud en un mecanismo de adaptación que
ha adoptado la postura del individuo.
Cuando hay una asimetría real, y la diferencia entre una extremidad y otra es
entre 0’5-1 cm (depende de cada caso puede ser incluso de 1´5cm), y es una
asimetría de nacimiento, hay que tener en cuenta la edad del individuo. En un
niño o adolescente puede tener sentido
poner un alza, pero teniendo en cuenta que está en edad de crecimiento y que
esta diferencia puede variar. En una persona adulta normalmente esta diferencia
está más que asimilada por la postura, los músculos y las articulaciones se han adaptado a esta
diferencia y poner un alza sin trabajar la estructura puede ocasionar más
problemas de los que presente el
individuo en sí.
Por tanto, cuándo está indicada un alza? Un alza está
indicada para aquellos casos que por enfermedad o traumatismo ha habido pérdida
de masa ósea en alguno de los segmentos de la extremidad inferior o déficit en
su crecimiento. El resto de casos hay que cuestionar muy seriamente esta
decisión.
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